4 Preguntas que tienes que hacer antes de Elegir el mejor Máster para ti

Del mismo modo que la diferencia en las empresas radica en las personas que las integran, la diferencia entre los profesionales suele determinarla la formación adicional y las vivencias formativas que estos han atesorado.

Si te estás planteando hacer un máster, ¡enhorabuena! Estás dando un paso importantísimo para marcar sustanciales diferencias con el resto de tus competidores. Ahora bien, ¿cuál es el mejor máster para ti? ¿Cómo acertar a entre la gran cantidad de posibilidades existentes para elegir, exactamente, el que te interesa?

En primer lugar, por supuesto, debes conocerte. Tener claras cuáles son tus metas y el camino profesional que aspiras a recorrer. En este sentido, tu vocación, tus capacidades y tus objetivos te guiarán en la dirección adecuada.

En segundo lugar, y no menos importante, debes ser capaz de escoger el mejor máster. No uno correcto, sino superlativo. Ese que contribuye, verdaderamente, a aportarte un plus diferencial que te convertirá en un profesional más formado, por supuesto, pero también más competente, más seguro, más eficaz y rentable.

Cómo elegir el mejor máster

Cuatro son las preguntas fundamentales que debes plantearte al comparar másters para encontrar el idóneo. Y, por supuesto, te las vamos a explicar ahora mismo.

1. ¿Quién compone el claustro de profesores? ¿Qué experiencia profesional poseen y qué trayectoria formativa tienen cada uno de ellos? Recuerda que tan importante es que cuenten con un conocimiento directo de la profesión y de las materias que se imparten, como que tengan la capacidad para enseñar y formar correctamente. No lo dudes, te lo hemos dicho al principio: la diferencia está en las personas. Y en el mejor máster, los profesores siempre son mejores que buenos.

2. ¿Cómo está estructurado el programa de materias? Los directivos necesitamos una visión 360º, panorámica y microscópica a la vez. Sosegada o inmediata, según cada momento. Por eso es decisivo que el plan de estudio contribuya a formar esa mentalidad y esas habilidades directivas que precisas. Desde las materias introductorias conceptuales hasta las más estratégicas, todas deben contribuir a mejorar tu capacidad para tomar buenas decisiones.

3. ¿Cuál es la metodología formativa? La enseñanza, desde luego, se apoya en la comunicación. Seguro que, alguna vez en tu trayectoria académica, has tenido uno de esos profesores soporíferos que leen sus apuntes con menos entusiasmo, motivación y compromiso que un infiltrado en la comunidad leyendo el acta de las últimas cinco reuniones vecinales. Estos profesores nunca aportan nada, todo depende de la calidad de sus apuntes... los cuales debes aprender tú solo, sin respaldo. Enseñar, de verdad, es otra cosa. Se trata de una apasionante actividad en la que la calidad del profesorado y la actitud de sus alumnos siempre resultan optimizadas por una buena metodología.

Por ello, el equilibrio entre la teoría y la práctica es imprescindible. Si tienes el carné de conducir, recordarás que antes de empezar a manejar el coche debiste aprender una serie de conocmientos teóricos. Aprenderlos no supone saber conducir, pero resulta imprescindible. ¿Cómo, si no, podrías respetar las señales de tráfico si ni siquiera conoces sus significados? La teoría siempre va por delante de la práctica, pero en el ámbito directivo se trata de saber para obrar. No de acumular conocimientos, sino de implementar los mecanismos, las destrezas y las habilidades personales que nos permiten tomar las mejores decisiones en los momentos necesarios. Es esa formación teórica-práctica adecuada al grupo, que coloca a todos los alumnos a un nivel homogéneo y que, a partir de ahí, permite avanzar gracias a la experiencia del claustro y de los propios alumnos.

4. ¿Qué instalaciones e infraestructura tiene el centro al que voy a acudir? Difícilmente, el mejor máster se ofrece en salas alquiladas. Porque las organizaciones excelentes confían plenamente en su actividad formativa y se dedican a ella de manera íntegra. Por supuesto, contar con el espacio, los equipos técnicos y organizativos, y los medios idóneos te permitirá sentirte más cómodo, aprender mejor y aprovechar al máximo tu tiempo.

Asimismo, analizar estos hechos refleja perfectamente la seriedad y el nivel de cada centro formativo. Tener una sede propia, lo que supone asumir un gasto fijo, es un indicador de excelencia que invita a pensar en un mayor nivel de adecuación y capacidad para formar directivos altamente cualificados.

Si analizas estas cuestiones a fondo, probablemente concluirás, en Idda, te convenimos.